Reflexión

¿Mejor contaminar que Ser Nuclear?: Reflexión sobre el cierre de los centrales nucleares en España

¿Mejor contaminar que Ser Nuclear?: Reflexión sobre el cierre de los centrales nucleares en España

¿Mejor contaminar que Ser Nuclear?: Reflexión sobre el cierre de los centrales nucleares en España

El lector podrá aprender ciertos datos y hechos sobre la tecnología y energía nuclear española aportados en la reflexión que nos brinda este brillante miembro del programa sobre la conveniencia o no de cerrarlas, como se ha sugerido desde el ejecutivo nacional.

El lector podrá aprender ciertos datos y hechos sobre la tecnología y energía nuclear española aportados en la reflexión que nos brinda este brillante miembro del programa sobre la conveniencia o no de cerrarlas, como se ha sugerido desde el ejecutivo nacional.

El lector podrá aprender ciertos datos y hechos sobre la tecnología y energía nuclear española aportados en la reflexión que nos brinda este brillante miembro del programa sobre la conveniencia o no de cerrarlas, como se ha sugerido desde el ejecutivo nacional.

Feb 19, 2024

Feb 19, 2024

Según la ministra de Transición Ecológica en España, la energía nuclear no cumple "los criterios científicos y legales” (Ribera T, 2022). para ser considerada sostenible. Y según el propio presidente de España, la energía nuclear no es “segura” (Europa Press, 2022).

Por eso, el nuevo gobierno de Pedro Sánchez continúa con su plan de cerrar los siete reactores nucleares activos en España para 2035. Pero, cerrar estos centrales nucleares constituiría “emitir el equivalente de tres años de gases de efecto invernadero en España"(del Palacio, 2023). España estaría usando más gas para reemplazar esa energía.

¿Por qué entonces, un gobierno con etiqueta sostenible, decide contaminar más? Pues por las percepciones de sus votantes. La energía nuclear ha tenido históricamente una muy mala imagen en la población, especialmente por parte de los ecologistas y los votantes de izquierda. Hay un gran miedo a la energía nuclear, que se remonta a la guerra fría.

El desarrollo de la energía nuclear estuvo mano a mano con el desarrollo armamentístico nuclear. Y los grupos que se oponían al desarrollo de armas nucleares también tendían a oponerse a la energía nuclear. La palabra nuclear está ligada desde entonces a la destrucción medioambiental y peligros para la salud (Siaraferas, 2020). Los accidentes como Chernóbil, Three Mile Island o Fukushima tampoco ayudaron. Se implantó un miedo en que los reactores nucleares constituían un grave peligro para la humanidad. Pero estas percepciones están muy exacerbadas.

Por ejemplo, si te preguntaran qué afecta más tu probabilidad de morir, ¿limpiar el accidente de Chernóbil o vivir en París? Según un estudio realizado en 2007, vivir en París, es más dañino para tu salud. Formar parte del equipo de limpieza de Chernóbil te da un riesgo de mortalidad de un 1% más. Y, si fumas pasivamente o vives en una megaciudad, tienes un 1,7 o 2,85% más de riesgo de mortalidad (Smith, 2007).

Según otro estudio de la ONU en 2008, no hay evidencia de que ser parte del equipo de limpieza de Chernóbil haya incrementado tus posibilidades de tener cáncer (UNSCEAR, 2008). Dato verdaderamente difícil de creer.

Y es que las regulaciones tan perniciosas desde ese desafortunado desastre hacen que la energía nuclear sea de las formas más seguras de obtener energía. Sólo ha habido "dos accidentes graves” en centrales nucleares en más de "18.500 años acumulados de funcionamiento de reactores nucleares comerciales en 36 países”. Y en Fukushima, sitio del otro gran accidente nuclear, hubo 0 muertes por radiación. El 99% de las casi 1500 muertes fueron debido al gran pánico y la rápida evacuación de personas. (Amano, 2015).

Incluso después de un tsunami o terremoto, los reactores nucleares de Fukushima no “contaminaron" el ambiente, los trabajadores, o la población cercana (Jander, 2023). Las medidas que tenemos a disposición son tan eficaces, que un teravatio de energía nuclear está asociado con solo 0.03 muertes, convirtiéndola en la forma de energía más segura y superando la eólica (Our World in Data, 2016).

Pero, sobre todo, el residuo nuclear es el único desecho de producción energética que está almacenado de forma completamente segura. El carbón, gas y los paneles solares generan desechos tóxicos. Esta última genera hasta 300 veces más desechos tóxicos que las centrales nucleares, y con mucho menos regulación, permitiendo mucha más contaminación (Antonini, 2022). Parece entonces irónico pensar que la energía que menos contamina no pueda ser sostenible.

Muchos apoyan que las energías renovables deben sustituir la nuclear. De hecho, en España, la potencia instalada de las energías renovables es mucho mayor que la energía nuclear. Pero, las horas de funcionamiento de las renovables son mucho menores. Ya que, claramente, no siempre hay sol o viento, pero siempre están activos los reactores nucleares. Por eso, aunque tenga muy poca potencia instalada, la energía nuclear aporta una quinta parte de la energía en España (Red Eléctrica de España, 2022).

Pero, si quitamos dicha fuente de energía, ¿de dónde reemplazamos la energía perdida? El gobierno apunta que las energías renovables sustituirán la nuclear. Pero la realidad es que, de momento, tendríamos que sustituirlas por gas.

La gran variedad de energías renovables hace que algunos días aporten un exceso de la capacidad energética de la red. Sin embargo, todavía no tenemos la tecnología para almacenar ese exceso a gran escala. Se asume, que en un momento llegaremos a ese nivel de energía. Pero por ahora, tendremos que asumir que habrá más viento para eólicas y más agua para las hidroeléctricas. Dos posiciones difíciles de asumir cuando el cambio climático cause cada vez más sequía y reduce la velocidad del viento. (Gallego, 2022; Hermida, 2022).

Ya es muy tarde para construir más reactores nucleares. Las construcciones duran décadas y requieren de una inversión de capital enorme que las empresas eléctricas españolas difícilmente quieren asumir. Si de verdad quisiéramos cambiar el rumbo, lo hubiéramos decidido hace 20 años.

España se tendrá que enfrentar a un precio de energía más volátil, dependiente del precio del gas. Precio que, por efectos de la transición verde y por presiones geopolíticas, solo estará subiendo cada vez más. De igual manera, tampoco es que el mundo se acabe. España es líder en tecnologías de energías renovables. Y si algo sabemos, es que de las crisis pueden salir cosas nuevas. Esto sí, no de una percepción distorsionada.


Juan Diego Carrillo

Juan Diego Carrillo