Discurso
Discurso escrito para la asignatura Cuidado y Sociedad 2022-23. Su autora nos refleja cómo los cuidados paliativos ponen de relieve el valor de la vida misma, el sentido de la muerte, y el acompañamiento en el sufrimiento. La vida, ¿qué es la vida? ¿Cómo podríamos definir un concepto tan amplio, pero a la vez tan temporal como la vida? Hoy estamos aquí. Mañana, ¿dónde? Quizás podríamos empezar comentando el sentido que tiene para nosotros esta propiedad que nos configura y que nos hace estar presentes en este preciso instante. Pero, para eso, tendríamos que hablar sobre millones de sentidos, ya que no existe un sentido único, y no dispongo de tantas líneas en estos momentos.
Entonces, ¿por qué no hablamos de la muerte? ¿Te incomoda? ¿O es que simplemente sientes que hoy no toca hablar de esto? La muerte le da sentido a la vida. Somos seres finitos y, cuanto antes aceptemos nuestra condición de finitud, antes viviremos una existencia auténtica. Metafóricamente, la muerte es un aro que todos vamos a atravesar. Entonces, ¿por qué no hacer este proceso lo más ameno posible?
Si ahora te pregunto qué palabras invaden tu cabeza cuando digo cuidados paliativos, ¿qué me dirías? Hospital, muerte, cáncer, mal rollo... ¿He acertado con alguna? Seguro que sí, pero permíteme decirte que no se trata sólo de esto. Como estudiante de psicología y alumna que ha cursado la asignatura “Cuidado y Sociedad”, me gustaría tratar de convencerte de que los cuidados paliativos dan vida a las personas que los reciben y no muerte, como se tiende a pensar hoy.
Pongamos un poco de contexto. Según la Organización Mundial de la Salud, los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida de los pacientes y de sus familias cuando afrontan problemas de orden físico, psicológico, social o espiritual inherentes a una enfermedad potencialmente mortal. Por lo tanto, se considera un derecho para todas las personas que se encuentren en esta situación. Además, es una tarea en la que están implicados todos los profesionales del sistema sanitario (médicos, enfermeras, auxiliares, psicólogos etc). No se tienen que aplicar en un hospital necesariamente, sino que también pueden darse en el domicilio de la persona enferma, garantizando siempre la comodidad del paciente.
Estos cuidados tratan de aliviar el dolor que sufren los pacientes. Esto es muy importante, ya que, como hemos visto gracias a múltiples testimonios, con dolor es mucho más difícil luchar y seguir adelante. Respetan la vida, y contemplan la muerte como un proceso natural sin tabúes, ni la adelantan ni la atrasan. Simplemente dejan que siga su curso y acompañan a la persona en el proceso.
Los cuidados paliativos no sólo benefician al enfermo, sino que también son de gran utilidad para la familia. Por un lado, le ofrecen al paciente un soporte que le permita vivir tan activamente como su enfermedad se lo permita, pretendiendo mejorar su calidad de vida. Esto puede también influir de manera favorable en el curso de la enfermedad. Y, por otro lado, le ofrecen a la familia apoyo para afrontar el sufrimiento del ser querido y cuando llegue el momento la fase del duelo tras la pérdida.
Muchos pueden mostrarse reacios a recibirlos porque los ven como última opción, pero no lo son. Pueden aplicarse en un estado temprano de la enfermedad y paralelo a otro tipo de terapias que estén enfocadas a prolongar la vida. Un estudio realizado en el Hospital General de Massachussets por el doctor Joseph A. Greer confirma que los pacientes que recibieron cuidados paliativos junto con el tratamiento regular para cáncer avanzado declararon tener mejor calidad de vida y estado de ánimo que los pacientes que no recibieron cuidados paliativos desde el principio. Además, obtuvieron una mejor puntuación en una evaluación de su capacidad para hacer frente a su enfermedad.
Para finalizar, me gustaría que te quedaras con una frase que dice así: “Todo es según el dolor con el que se mira”. Los cuidados paliativos ayudan a convertir en positividad esa visión de la enfermedad negativa, ya que afirman el vivir y reconocen que el morir es un proceso normal y que sin él nuestra vida no tendría sentido. Por esto, la próxima vez que te pregunten qué palabras te vienen a la cabeza cuando escuchas “cuidados paliativos”, no pienses en muerte, sino en vida.