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Hace poco me llegó esta imagen de la tienda de Louis Vuitton de Barcelona. En los últimos años, España, un país con una rica historia de lujo y estilo, ha sido testigo de un crecimiento significativo en las colas que se forman en la entrada de las tiendas de lujo. Este fenómeno no es exclusivo de España, ya que se observa en todo el mundo.
La pregunta que surge es si estas colas son beneficiosas o perjudiciales para las empresas de lujo. ¿Por qué las personas están dispuestas a hacer cola durante horas para entrar a una tienda de lujo? La respuesta podría encontrarse en la combinación de factores que hacen que estas colas sean atractivas para los consumidores, como los siguientes:
Exclusividad: las marcas de lujo han dominado la estrategia de mantener un aura de exclusividad al limitar el acceso a sus productos. Hacer cola para entrar en una de estas tiendas crea una sensación de pertenencia a un selecto grupo.
Anticipación: la espera en la cola puede generar un sentimiento de anticipación y emoción, que se traduce en un mayor disfrute cuando finalmente se accede a la tienda.
Socialización: las colas pueden convertirse en un espacio social, donde los aficionados al lujo comparten su entusiasmo, experiencias y conocimientos sobre las marcas.
Marketing viral: las colas a menudo se convierten en una atracción en sí mismas. Las imágenes de personas haciendo cola frente a una tienda de lujo se comparten en las redes sociales y en los medios, lo que genera publicidad gratuita y una mayor atención a la marca.
A pesar de la aparente contradicción de hacer que los clientes esperen en la fila, estas colas pueden ser un activo estratégico para las empresas de lujo por varias razones:
Generación de demanda: las colas pueden aumentar la demanda de productos de lujo, ya que crean la ilusión de escasez y exclusividad. Los clientes pueden sentir que están adquiriendo un producto deseado y raro.
Construcción de la marca: la presencia de colas en las tiendas de lujo puede reforzar la imagen de la marca como deseable y exclusiva, atrayendo a nuevos clientes y manteniendo la lealtad de los existentes.
Fomento de la experiencia: las colas brindan una oportunidad adicional para interactuar con los clientes, ofrecer experiencias exclusivas y mejorar el servicio al cliente.
Incremento de ventas: aunque inicialmente pueda parecer contraproducente, la espera puede aumentar las ventas, al brindar a los clientes tiempo para explorar productos y considerar sus compras.
Sin embargo, no todo es positivo. Las colas excesivamente largas pueden tener un efecto negativo, al disuadir a algunos consumidores o generar una percepción de elitismo que podría alejar a ciertos segmentos de la población.
En un mundo cada vez más digital, algunas empresas de lujo están buscando alternativas, como la implementación de sistemas de reserva en línea o la venta de productos exclusivos a través de aplicaciones móviles.
Me gustaría terminar este artículo con una idea de Imran Amed: “These days one of the greatest luxuries of all is time”.