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¿Tienen discapacidad ellos, o la sociedad?: Actitudes hacia personas con discapacidad intelectual

¿Tienen discapacidad ellos, o la sociedad?: Actitudes hacia personas con discapacidad intelectual

¿Tienen discapacidad ellos, o la sociedad?: Actitudes hacia personas con discapacidad intelectual

¿Pueden las personas discapacitadas llevar una vida ‘normal’, sin que les compadezcan? La autora nos argumenta que sí, y que las personas sin discapacidades tenemos mucho que aprender de ellas.

¿Pueden las personas discapacitadas llevar una vida ‘normal’, sin que les compadezcan? La autora nos argumenta que sí, y que las personas sin discapacidades tenemos mucho que aprender de ellas.

¿Pueden las personas discapacitadas llevar una vida ‘normal’, sin que les compadezcan? La autora nos argumenta que sí, y que las personas sin discapacidades tenemos mucho que aprender de ellas.

Jan 8, 2024

Jan 8, 2024

Hace una semana tuve la oportunidad de conocer, escuchar y entablar conversaciones con los alumnos del Título Propio de Accesibilidad de la Universidad CEU San Pablo, los cuales tienen discapacidad intelectual o límite, e incluso, algunos tenían añadido otro tipo de discapacidades (motrices, de visión, etc.). En algunos casos era visible físicamente, y en otros no se apreciaba a simple vista.

Recuerdo algo que contesté en un cuestionario que nos pasaron antes de conocerlos, en relación sobre la primera palabra que se me venía a la mente al escuchar “discapacidad”: fue la de “limitados”. Me gustaría matizar o de alguna forma, retractarme, pues pese a que en ciertos ámbitos física o intelectualmente si están limitados frente al resto de población sin discapacidad, son muchas las cosas que pueden hacer. Tienen sueños y se involucran activamente en el mundo laboral. No consideran que estén limitados para algunos trabajos cotidianos, e incluso la mayoría de oferta laboral que tiene de por sí limita sus capacidades, que pueden ser más avanzadas (no solo están capacitados para cocina o limpieza, por ejemplo).

Algo que me llamó la atención fue la exclusión que existe en esos grupos y, con esto me refiero a que mientras más notoria sea la discapacidad, mejor futuro laboral u oferta de trabajo conseguirán, mientras que a los que aparentemente “no se les nota” sufren y los encasillan más, obteniendo menos ofertas de empleo. Todo esto, bajo las políticas empresariales de la inclusión social, donde a más visibilidad de la discapacidad, mayor compromiso con la misma.

En general, mis actitudes han cambiado a mejor. Siento que ahora, al debatir o hablar del rol que ocupan las personas con discapacidad en la sociedad, puedo ser más asertiva y dar una opinión con más fundamento, de la cual carecía antes de conocerlos, donde posiblemente me guiaba por los estereotipos a los que se enfrentan día a día. Algo con lo que me sentí identificada con los alumnos del Grado de Accesibilidad es el rechazo por ser diferente/acoso escolar; yo sufrí eso durante una época en el colegio y fueron momentos que marcaron mi vida para mal, ya que a nadie le gusta sufrir (más en la infancia-adolescencia, cuando la opinión de los demás es muy importante).

Al menos en mi caso es así, pero también creo que me dieron la fuerza y valentía para enfrentarme al mundo y configurar quien soy hoy. Creo que ellos luchan cada día para ser mejores y para romper barreras sociales impuestas, porque de alguna forma quieren callarles la boca a muchos que solo se dedican a limitarlos, para algún día romper el estereotipo.

Para mí la calidad de vida es el sentirse conforme con lo que uno es, tiene y sabe que puede ofrecer tanto al mundo como a sí mismo. Dimensiones como la felicidad en lo que uno estudia/trabaja, relaciones interpersonales, familiares o de pareja, y el bienestar emocional y de salud, que es algo que cualquier persona puede y se merece tener. Pienso que las personas con discapacidad aportan cambio al entorno, una chispa de querer mejorar y de introspección con uno mismo, e incluso de replanteamiento de lo que nosotros consideramos, como: limitación, ambición, conformismo y sacrificio.

Sorprendentemente para muchos, no todas las personas con discapacidad intelectual se rigen bajo el estereotipo de tener Síndrome de Down. Hay más casos, muchos casos. La mayoría hace su vida tal cual la hacemos nosotros (a excepción de estudiar carreras, la mayoría, pues si nosotros necesitamos 5 días para aprender a multiplicar, posiblemente ellos necesitarían 10, pero eso no los exime de que pueden aprender, y lo terminan haciendo) y puede tener una calidad de vida bastante satisfactoria. A veces incluso afrontan la vida con más felicidad y saben disfrutarla más, y creo que eso es porque ellos no se ponen barreras ni se limitan tanto como nosotros lo hacemos con ellos.

El día que las leyes actuales a favor de la inclusión laboral para las personas con 33% de discapacidad dejen de estar presentes, esperemos que sea porque ya no sean necesarias como lo son actualmente para su inclusión, y porque hayamos comprendido que todos juntos conformamos la sociedad en la que cada uno tiene un rol fundamental y puede aportar lo mejor de sí mismo. Entonces, ¿tienen ellos la discapacidad, o la sociedad?

Leticia Arias Tellez

Leticia Arias Tellez